martes, 28 de febrero de 2017

7 Claves para que tus hijos Sí te escuchen

Hablar con un niño puede ser tan frustrante como hablar con la pared. Sabemos que la buena comunicación entre padres e hijos facilita mucho la convivencia y que una comunicación pobre o ineficaz puede ser el germen de conflictos y situaciones difíciles. ¿Quién no ha sentido en algún momento dado que sus hijos, no le escuchaban cuando hablaba? Como todos, me he visto muchas veces en esa situación, pero la verdad es que no debemos poner toda la responsabilidad en el niño porque, en muchas ocasiones, los padres hacemos las cosas francamente difíciles para que el niño pueda prestar atención a lo que le decimos.
Es cierto que a los niños les cuesta prestar atención (sobre si no está en su lista de prioridades) y por tanto es bueno que aceptes que no son dispositivos que puedes controlar por radiocontrol. Sin embargo, hay muchos errores que puedes evitar y muchas cosas que puedes hacer para que tus hijos SI te escuchen. A continuación vas a poder leer 7 ideas clave que te permitirán conseguir que tus hijos te escuchen siempre que te lo propongas y sigas todas o casi todas las pautas que aquí te ofrezco:
1. Elimina distracciones
Gran parte de los problemas de comunicación entre padres e hijos ocurren porque los niños literalmente no llegaron a escuchar lo que los padres dijeron. Es prácticamente imposible que el niño escuche a sus padres si la televisión o los juguetes están captando toda su atención. Así que el primer paso para conseguir que el niño escuche es eliminar esos distractores. Puedes apagar la tele, esperar a que el niño termine de jugar o simplemente sacarle de la habitación y llevarlo a un lugar tranquilo donde nos pueda escuchar.
2. Ponte al nivel de sus ojos
Los niños tienden a no escuchar aquello que no miran. Si estás leyendo este post con la televisión encendida, seguramente no te estés enterando de lo que dicen en la tele porque tu mirada está centrada en este texto. La mejor manera de que el niño se fije en tu voz es hablarle dentro de su campo visual y para lograrlo a veces tendrás que agacharte.
3. Asegúrate de captar su atención
Ya sabes que ponerte frente a sus ojos funciona, pero también lo hacen otras estrategias como tocarle el hombro para captar su atención o esperar a que nos mire antes de comenzar a hablar. A estos trucos yo añado dos preguntas antes y después de hablar. La primera es: “¿Me estás escuchando?” y sirve para comprobar que el receptor está encendido y funcionando. La segunda es: “Repíteme lo que te acabo de decir” y sirve no sólo para asegurar que el mensaje ha sido recibido sino también para facilitar que el niño lo procese, lo comprenda y lo recuerde. Si consigues contacto visual, te confirma que te estaba escuchando cuando comienzas a hablar y es capaz de repetirte lo que le dijiste al terminar, es que los dos habéis hecho un buen trabajo.
4. Cumple tus advertencias
No se trata de amenazar ni hacer que el niño viva en un estado de alerta (el cerebro escucha peor si está asustado), pero si no cumples lo que dices los niños simplemente aprenderán que tus palabras no merecen la pena ser escuchadas. Si les dices que vas a apagar la tele, apágala. Si les avisas de que vas a bañarles…báñales. Si el niño aprende que cumples lo que dices pondrá mucho más interés en escucharte porque sabrá que tus palabras se convierten en realidad. Así que simplemente pon normas y consecuencias naturales como por ejemplo no dejar que empiecen a comer pan hasta que no se hayan lavado las manos.
5. Haz que no escuchar NO sea una opción
El cerebro tiende a regirse por la economía del mínimo esfuerzo. Si el niño averigua que NO haciéndote caso le dejas tranquilo su cerebro tomará la determinación de hacerse el sueco porque es lo más económico. Si por el contrario averigua que la manera más sencilla de seguir con lo suyo es escucharte y hacerte caso pronto, tomará más interés en prestar atención a lo que le dices. Si pides a tu hijo que recoja los juguetes antes de ver la tele, debe entender que no le vas a dejar ver la tele hasta que no recoja los juguetes. Si les pides que se cepillen los dientes antes de acostarse, su cerebro tendrá que entender que no pueden entrar en la cama hasta que no se hayan cepillado. Es tan sencillo como eso.
6. Refuérzale cuando te escucha
Una de las razones por las que los niños no escuchan es porque cuando hacen caso a sus padres tienen que escuchar frases como “Ya era hora”, “Ojalá obedecieras así siempre” o “¡Ya te ha costado!”. Las críticas y reproches no motivan precisamente al niño a prestar más atención a la voz de sus padres sino todo lo contrario. Si quieres que tus hijos te escuchen más dales mérito por haber prestado atención a tu voz con frases como “Gracias”, “¡Me has hecho caso muy pronto!” o simplemente pasándoles la mano por la cabeza en señal de reconocimiento.  Todo lo demás no sumará..sino que restará.
7. Sé un buen modelo
Si cuando tu hijo o tu pareja te hablan les escuchas mirando al móvil o la tele…el niño hará lo mismo cuando tu le hables. Cuando tu hijo te hable haz que tu atención y postura corporal se centre en lo que te está diciendo; así le enseñarás a escuchar. Posiblemente este sea el mejor consejo de los siete, porque el cerebro del niño aprende del ejemplo de sus padres mucho más que de sus palabras.

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